Rob Verf, artista holandés radicado en Argentina, utiliza el potencial de uno de los espacios pequeños de la galería para evocar un entorno de escala doméstica, en este proyecto, El sabor del rojo, presenta tres pinturas basadas en la obra Los comedores de patatas de su compatriota Vincent Van Gogh.

Los temas de la obra reciente de Verf son la contaminación ambiental; los efectos del consumismo sin consciencia y su otra cara, el marketing sin ética; las distorsiones en cuerpos y entornos producto de las actividades humanas que acarrea este período llamado Antropoceno.

La obra de Verf se desarrolla en la intersección entre reflexiones sobre la tradición de la pintura de su país natal —el tratamiento de los espacios pictóricos para reflejar un tiempo y un estado mental— sobre la crisis medio-ambiental y sobre los procesos biológicos del cuerpo humano. En las pinturas de Verf, los comedores de patatas están ubicados en un espacio que resuena con el del ámbito doméstico de la obra de Van Gogh pero se han transformado en esquemas abstractos impregnados de una luminosidad roja artificial y sospechosa.

El rojo al que se refiere Verf en este proyecto es Rojo 40 E-129, pigmento químico utilizado en la industria alimentaria. Las investigaciones han demostrado que está relacionado con ciertos síntomas del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y posibles efectos genotóxicos. Las personas pueden verificar el contenido del tinte rojo 40 E-129 en las etiquetas de los alimentos si desean limitar su consumo. De hecho, en la Unión Europea, este colorante está permitido como aditivo en la alimentación humana, pero, sorprendentemente, está prohibido en la alimentación animal. En el centro de la habitación —reemplazando la mesa del comedor con patatas de Van Gogh— un bowl de caramelos rojos tentará a los visitantes. Aún en este contexto que ilumina su potencial toxicidad, ¿se servirán?