La obra de Ohne Titel intersecta su historia personal con la historia del arte reciente, la acumulación de recuerdos privados con colecciones de tarjetas e impresos de circuitos del arte contemporáneo. Lo singular y específico se diluye en lo colectivo y compartido. Las fotos que la artista recorta, superpone, reutilizando sus fragmentos hasta que ya no queda nada, son instantáneas de su vida. Pero podrían ser las de otra. Hay algo universal y cotidiano en la instantánea familiar: el golpe de flash, el encuadre, la mirada hacia la cámara, la calidad de la impresión automática; la manipulación de las fotos que la artista realiza borra la singularidad y enfatiza la generalidad. Este ejercicio de recorte y superposición es también un ejercicio de la memoria, un esfuerzo por aferrarse a las cadenas de momentos que constituyen la propia historia y por reconstruirlos, aunque en esta misma operatoria el instante inmovilizado en el tiempo se diluye, se vuelve menos específico, ilegible. Se transforma en otra cosa (las fotografías coronadas por cerámicas).

Algunos de los collages de fotos familiares están montados sobre invitaciones a inauguraciones de galerías y museos, como si estos eventos institucionales estuvieran destinados al mismo estatus de lo efímero que una comida con amigos o unas carcajadas sentados en el pasto. Estamos acostumbrados a las cataratas de imágenes (desde los medios, los celulares, las redes sociales) entre las que navegamos cada día; las de Ohne Titel provienen de su interior. “Acumulo objetos que persisten entre mi realidad y el mundo real, interrogo sus sustancias y reinvento estas piezas, en las cuales el pasado/presente sigue vigente.” escribe. El empapelado, diseñado por Ohne Titel, está basado en postales que fue recibiendo a lo largo de su vida,
desde chica, cuando todavía se enviaban muchas postales. Una mesa construida por pilas de catálogos de subastas de arte —que propone la posibilidad de sentarse a armar un rompecabezas abstracto— reconstruye una escena de su niñez, los juegos que su abuela ponía a disposición de la familia cuando la visitaban.

En las pinturas se ponen en juego operaciones similares a las de los collage fotográficos: en los lienzos hay anotaciones, memorias, dibujos de algo que para la artista fue significativo, pero aparecen velados por los gestos caligráficos en el papel cristal que está superpuesto. A través de la veladura, el fragmento, la desfiguración de la imagen original, se reconstruye el límite entre lo público y lo privado, el mismo que otro aspecto de esta obra diluye en su generalización de lo particular. Detrás del pseudónimo Ohne Titel (“Sin Título” en alemán) está Florence Drake del Castillo, una artista franco-argentina que reitera en este elección de cómo auto-nombrarse la tensión entre revelarse en la especificidad de cada sujeto y diluirse en el anonimato y lo público.
Nacida en Francia en 1976, actualmente reside en ambos países. Entre sus últimas exhibiciones grupales se destacan “Mix” en la Galeria Xippas, Punta del Este, Uruguay (2015) y “The (S) Files”, Bienal del Museo del Barrio, New York, USA (2011). Sus exhibiciones individuales incluyen “Mapas” en el Centro Cultural Recoleta (2015) y “Al fondo a la derecha” en el Centro Cultural Borges (2008). Participó en residencias en el estudio de arte de “Los Carpinteros” en la Habana, Cuba (2009) y en “La Curtiduría” en Oaxaca, Mexico (2007).