En Puedo oler el fuego, Gala Berger toma como punto de partida una lista de palabras censuradas en las publicaciones oficiales del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria): agroecología, cambio climático, biodiversidad, género, sustentabilidad, huella de carbono y prohuerta1. Para realizar una serie de piezas textiles, que combinan telas, palabras e impresiones relacionadas con encuentros sociales imaginarios en torno a estos conceptos.

Los protagonistas de estas nueve piezas textiles tienen impresiones digitales de frutas y/o verduras como cabezas y parecen estar organizándose para una eventual toma del poder. Las actividades son múltiples y van desde simples reuniones como en Agricultura familiar (2024) donde una joven familia de durians alimenta a su pequeño hijx sobre un fondo de algodón teñido con corteza de árbol, pasando por Asamblea barrial (2024) donde un grupo de calabazas y nueces toman mate mientras deciden los próximos pasos a seguir sobre un fondo de algodón decolorado, hasta la producción de semillas a través de un cuerpo de múltiples cabezas en Semilla elástica (2024).

Otros personajes están organizándose comunitariamente en Comida común (2024) donde las manos rápidas se reúnen entorno a las ollas con chispeantes pociones sobre un fondo de algodón teñido con mezclas de tierras o en Lxs serigrafistas (2024) con una clara alusión y homenaje a lxs serigrafistas cuis.

El único personaje solitarix de la serie es Poeta (2024), que lee en su teléfono desde un fondo multicolor proveniente de Lusaka, sosteniendo en su otra mano un micrófono que proyecta una conferencia muda. En contraposición a esta figura individual Los podridos (2024) retrata a dos representantes de los agrotóxicos que llevan raíces y dinero en los bolsillos. Abstraídos en su propia realidad sobre un algodón de impresión industrial, al igual que los personajes de Sugar (2024) donde tres cabezas-pera juegan al ajedrez sobre un fondo de tela sintética.

Como espejo y reverso de estos mismos encuentros en Economía de la extinción (2024) la acción activista, la escritura de mensajes contestatarios aunque ilegibles del dúo de carambolas verdes produce una leve transformación, un *no es demasiado tarde* en la forma de una germinación.

1 https://agenciatierraviva.com.ar/ 11/7/2024

Gala Berger (Villa Gesell, 1983)
Desde procesos multidisciplinares que van desde la organización de espacios independientes y el trabajo textil hasta las activaciones dentro de colectivos activistas, Gala Berger colabora, colecciona materiales, intercambia y escucha.  Cada una de estas facetas y trabajos cooperativos informa y nutre sus piezas de collages textiles, permitiendo que los límites entre obra y actividad colectiva se diluyan. Está interesada particularmente en la construcción de imágenes provenientes de archivos abiertos digitales que puedan servir para repensar el rol de la reparación social en el contexto de América Latina. A través de estás imágenes comunes -compartidas- invoca narrativas del pasado o poco analizadas por el pensamiento occidental para enlazarlas con problemáticas urgentes del presente. Recopilando una variedad heterogénea de materiales, agua, telas, pigmentos, tierras, archivos digitales, manteles, papeles, grabados e historias que luego combina en instalaciones, móviles colgantes y textiles de gran formato. Otra clave de su trabajo es la fragmentación -la multiplicidad- como susurros de procedencias diversas conversando en simultáneo, que no hacen otra cosa más que enfatizar la dimensión colectiva, plural y mutante de un trabajo que habla de muchos mundos.

Gala Berger es una artista visual, curadora e investigadora argentina que vive entre Lima y Ciudad de México. Su trabajo estáprofundamente arraigado en América Latina y para ello crea espacios independientes para desarrollar sus proyectos colectivos. Forma parte de la colectiva Retablos por la memoria en Perú (2022 -2024). Es co-fundadora de Casa MA (2018- 2024), una plataforma que se dedica a promover prácticas creativas que surgen de diversas identidades en el territorio de Centroamérica. Fue becaria del ICI Kampala, Uganda 2022, y de la RAW Acadèmie CURA #6, Senegal 2019. Trabajó extensamente en Buenos Aires, donde co-fundó el museo experimental La Ene (Museo de Arte Contemporáneo Nueva Energía 2010 – 2020) y la Feria de Arte Impreso de Paraguay. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Santo Domingo, São Paulo, Lima, Los Ángeles, Ciudad de México, Buenos Aires, Seúl, Medellín, Montreal, Tampere, Río de Janeiro, Ciudad de Guatemala, Estocolmo, Rosario y Toronto entre otras. Desde 2022 colabora con la artista shipiba MetsáRama en la exploración de la intersección del arte y el ambiente y junto con los responsables políticos de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea en un proyecto centrado en en el arte y la agricultura en la Amazonía.